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1. Demandas físicas y respuesta fisiológica al fútbol.

Comprender las demandas físicas de jugar al fútbol y los sistemas de energía correspondientes, aquellos que impulsan el movimiento del jugador de fútbol, es sumamente importante para la nutrición deportiva. Comprender cómo responde el cuerpo del jugador para enfrentar el desafío del ejercicio específico del fútbol, proporciona la base para fundamentar las recomendaciones de nutrición. En esta unidad se buscará clasificar y cuantificar las demandas físicas del fútbol. Sin este conocimiento no sería posible diseñar estrategias de nutrición específicas para el fútbol a fin de mejorar el desarrollo de los jugadores y permitirles afrontar adecuadamente las demandas físicas que el fútbol les impone. Se presentará el juego de fútbol antes de analizar cómo se ha estudiado la actividad específica del jugador, y las variables clave que influyen en la carga de trabajo física del jugador. 

Descripción general del Fútbol.

Un equipo de fútbol está compuesto por once jugadores, de los cuales uno es portero y diez son jugadores de campo. Se permiten 5 cambios durante un partido de 90 minutos. A los efectos de este curso, nos centraremos en los jugadores de campo. Si bien los principios generales de la nutrición deportiva pueden aplicarse a los porteros, las demandas físicas durante un partido y el entrenamiento son diferentes y no se tratarán en esta unidad.

 

Un partido de fútbol consta de dos tiempos de 45 minutos separados por un intervalo de descanso de 15 minutos (Figura 1). Dos equipos rivales compiten por la posesión de una sola pelota. El objetivo del equipo es pasar o patear la pelota hacia la portería del rival, mientras se evita que el equipo contrario complete el mismo objetivo. La puntuación del equipo es producto de la cantidad de goles que haya marcado. La puntuación del partido es producto del número de goles marcados/concedidos por ambos equipos. El resultado de un partido de fútbol puede ser una victoria, cuando se han marcado más goles que el rival; un empate, cuando ambos 
equipos anotan la misma cantidad de goles o no marcan goles durante el partido; o una derrota, cuando el rival marca más goles. En las competiciones de liga, se otorgan "3" puntos al equipo por una victoria,"1" punto por un empate y"0" puntos por una derrota.

 

Para las competiciones de copa, en el caso de un empate, el juego puede extenderse con un tiempo adicional compuesto por dos 
períodos de 15 minutos cada uno. Si no hubiera ningún resultado después del tiempo adicional, el resultado se decide por medio de una serie de penaltis en la que participan ambos equipos. En esta situación, se seleccionan cinco jugadores de cada equipo para lanzar penaltis. Un tiro de penal implica colocar la pelota en un punto de penalti marcado a 11 m de la línea de portería y chutar la pelota estática hacia la portería. La portería es defendida únicamente por el portero del equipo contrario. Después de cinco 
penaltis, el equipo con más goles gana el partido. En el caso de que se anote una cantidad igual de goles, los equipos continúan lanzando penaltis de manera consecutiva hasta que un equipo supere al otro. Las leyes completas del partido, según lo indica la Fédération Internationale de Football Association (FIFA), se pueden descargar aquí:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1. Análisis del partido.

 

Hay muchos desafíos que un jugador de fútbol debe enfrentar durante un partido, incluidos el estrés psicológico, la conciencia táctica, la ejecución de habilidades, la interacción social con los miembros del equipo y los rivales, así como las demandas físicas. En esta unidad nos concentraremos en las demandas físicas del fútbol. La evaluación de las demandas físicas se puede lograr a través del análisis de los patrones de movimiento de los jugadores y la cuantificación de las actividades específicas del fútbol. El gasto energético durante un partido de fútbol es producto de la distancia total recorrida y la velocidad a la que se recorrió esa distancia. Los primeros estudios que realizaron análisis de partidos para determinar las demandas físicas del fútbol se realizaron en Suecia a finales de la década de 1960. Estos primeros estudios utilizaron análisis de video de secuencias cortas de los jugadores de fútbol firmadas durante un partido. El abordaje de análisis de videos se desarrolló aún más en Inglaterra y más tarde en Dinamarca y, a principios de la década de 1990, se dispuso de datos científicos acerca de las diferencias en las demandas físicas de jugadores en diferentes posiciones de juego. Tras estos primeros estudios, gran parte de nuestra comprensión sobre las demandas físicas del fútbol se debe al trabajo del profesor Jens Bangsbo y su grupo de investigación en el Instituto August Krogh, en Copenhague, Dinamarca, y al profesor Thomas Reilly y sus colegas de la Universidad John Moores de Liverpool, en el Reino Unido. Hasta la fecha, se utilizan muchos métodos para monitorear el movimiento del jugador durante la competición, incluidos comentarios grabados en cinta, registros en video, análisis de filmaciones, análisis de video sincronizado y asistido por computadora, etc. Es importante tener en cuenta que cualquiera que sea el método adoptado, este debe cumplir con los criterios de control de calidad y proporcionar observaciones válidas, objetivas y confiables. Los métodos comunes que se utilizan actualmente para capturar las actividades del partido y clasificar la intensidad de los movimientos o la actividad incluyen tecnologías basadas en video, satélite de posicionamiento global (GPS) y escalas subjetivas. Cada una de estas técnicas se describe a continuación con más detalle.

1.1. Tecnologías basadas en video.

Las tecnologías basadas en video son el estándar de oro para capturar actividades físicas durante un partido. Las tecnologías basadas en video se consideran los sistemas más precisos y utilizan métodos de cámaras múltiples desarrollados por compañías como Amisco y Prozone. Dichos sistemas utilizan cámaras de alta velocidad instaladas en el estadio para filmar diferentes secciones del campo para realizar un análisis posterior al  partido.  Aparte  del  análisis  táctico,  estos  sistemas  también proporcionan información detallada acerca de las características del trabajo físico que tuvo lugar durante el partido. Estas características físicas, capturadas a través del análisis de movimiento en el tiempo, incluyen   la   intensidad   de   carrera,   las   tasas   de  aceleración/desaceleración, las distancias totales recorridas  y las distancias recorridas a diferentes intensidades ). Estos sistemas pueden generar información de cada jugador de campo. Se registran más de 2500 códigos (consulte la clasificación de la actividad del partido a continuación) para un solo partido, lo que puede generar más de 3,5 millones de datos (Bangsbo, 2014). Sin embargo, estos sistemas solo pueden medir con precisión aproximadamente el 60 % de la actividad de un jugador; el 40 % restante requiere una entrada manual para evitar imprecisiones. Como resultado, los datos de los sistemas semiautomáticos  (como el  análisis  de  video)  se  retrasan aproximadamente de 24 a 48 horas después del partido. Además del perfil de actividad física, la filmación de videos también se puede utilizar para cuantificar otras métricas importantes del partido, como la dirección  y la tasa  de éxito  de  los  pases; las barridas  y las interceptaciones de la pelota; la cantidad de tiros y el éxito.

1.2. Satélite de posicionamiento global.

Los sistemas de satélite de posicionamiento global (GPS) y las tecnologías basadas en GPS no requieren intervención manual para analizar los perfiles de actividad del jugador. Dichos sistemas funcionan con jugadores que usan dispositivos GPS, generalmente en chalecos que se usan debajo de las camisetas de entrenamiento o de fútbol durante el entrenamiento o los partidos. En general, los 
resultados (velocidades, distancias, aceleraciones, desaceleraciones) generados por los sistemas de GPS se determinan mediante algoritmos matemáticos. Un problema importante con estos sistemas es que no proporcionan un contexto, como información acerca de los rivales o las "habilidades" completadas por el jugador. El uso de tecnología basada en GPS se ha convertido en un método común para evaluar las demandas físicas del fútbol, tanto en el entrenamiento como en los partidos, ya que esta tecnología permite un análisis en tiempo real o diferido de los datos. Además, no hay necesidad de ayuda de terceros; por lo tanto, los entrenadores del club, los departamentos de ciencia del deporte o los estadísticos individuales 
pueden interpretar rápidamente los datos generados.

1.3. Escalas subjetivas.


La recolección de datos basada en cuestionarios o en "papel/bolígrafo" (más  recientemente, tableta electrónica)  es común  en los clubes profesionales. Aunque este método no proporciona ninguna información acerca de las actividades físicas de por sí (como la distancia recorrida), la intensidad general del entrenamiento o el partido puede determinarse pidiéndoles a los jugadores que clasifiquen la percepción de su esfuerzo después del ejercicio. Normalmente, los clubes adoptan la escala de percepción subjetiva de esfuerzo (PSE) de 1 a 20 de Borg o una escala de calificación de 1 a 10 modificada. Se ha demostrado que la escala de Borg es un instrumento preciso y confiable para medir la percepción  del esfuerzo  en  múltiples  deportes  y  es  un  método  universalmente adoptado en estudios de fisiología del ejercicio. La PSE de un jugador puede reflejar con precisión la intensidad del ejercicio, así como algunas características fisiológicas de la fatiga. Se ha informado que la PSE es una herramienta lo suficientemente sensible como para determinar la intensidad del entrenamiento,  así  como  para  detectar cambios  en  la  carga  de entrenamiento en jugadores profesionales.

2. Clasificación de actividad del partido.

En el fútbol, las actividades de movimiento durante los partidos están generalmente "codificadas" según la intensidad, determinada por la velocidad de la acción (Tabla 1). Al evaluar el desempeño de los jugadores en un partido, se pueden analizar la frecuencia de cada tipo de movimiento y el tiempo invertido o la distancia recorrida en cada movimiento. Las principales categorías de actividad física utilizadas para analizar la tasa de trabajo en el fútbol son mantenerse parado, caminata, trote, carrera a baja velocidad, carrera a moderada velocidad (ir a velocidad constante/dar zancadas), carrera a alta velocidad y sprint. Estas categorías se han extendido recientemente para incluir otras actividades como correr elevando las rodillas, maniobrar y arrastrar los pies. La mayoría de las actividades en el fútbol se llevan a cabo en intensidades y niveles de esfuerzo submáximos (Figura 2). El análisis de un partido de fútbol permite que esas actividades (más allá de los movimientos específicos del fútbol: pase, control, tiros, cabeceadas) se clasifiquen como se detalla en la Tabla 1. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, idealmente, también se pueden establecer umbrales específicos para cada jugador o equipo. Por ejemplo, las velocidades de carrera de alta velocidad pueden ser significativamente diferentes entre los jugadores.

3. Cuantificación de las demandas físicas.

Durante un partido de 90 minutos, en promedio, la distancia recorrida por un jugador de campo de primer nivel oscila entre 10 y 13 km. La mayor parte (>80 %) de la distancia se recorre caminando y con una carrera de baja a moderada intensidad (Figura 2). Datos tabulados de futbolistas de élite permiten establecer estándares de demanda física individuales o de equipo; estas métricas pueden actuar como un punto de referencia desde el cual se puede fundamentar el reclutamiento de nuevos jugadores o mantener los estándares de desempeño (Tabla 2). Sin embargo, son los períodos de ejercicio de alta intensidad los que se asocian con momentos críticos durante un partido de fútbol. Esto se debe a que las acciones clave en un partido (es decir, anotar/recibir un gol) están, en general, precedidas por un esfuerzo de alta intensidad. Por lo tanto, es razonable sugerir que la capacidad para mantener esfuerzos de alta intensidad por un período de 90 minutos es una consideración sobre el desempeño de importancia crítica. Esta observación tiene implicaciones significativas para la nutrición del jugador que se tratarán en módulos posteriores.Los sprints o los "esfuerzos a tope" en el fútbol rara vez duran más de 2 a 4 segundos y cubren distancias promedio de 10 a 15 metros. Los sprints suelen ocurrir cada 90 segundos, seguidos de varios segundos de recuperación antes de que los jugadores vuelvan a la acción. Los sprints de mayor duración requerirán mayores tiempos de recuperación. Hay dos tipos principales de sprint en el fútbol: un sprint explosivo, definido como el logro de la velocidad de sprint precedida por una aceleración rápida (de velocidad baja o moderada) que alcanza la zona de alta velocidad en menos de 0,5 segundos, y un sprint "lanzado" que se caracteriza por la aceleración gradual de baja a moderada a alta velocidad. El patrón común de juego en el fútbol puede describirse como "parada y marcha", es decir, los jugadores realizan repetidas rondas de ejercicios breves de alta intensidad alternadas con períodos de actividad de menor intensidad. Esto se observa durante el partido cuando un jugador realiza un sprint para atacar a un rival (u obtiene la posesión de la pelota), y luego dribla la pelota, la pasa y después trota a la posición para apoyar un ataque o una  defensa.  Durante  un  partido,  un  jugador responde aproximadamente cada 3 a 5 segundos a aproximadamente 1200 cambios impredecibles en la actividad, instigados por su propio equipo o sus rivales. Un análisis de la Premier League (primera división) inglesa ha demostrado que las demandas físicas de los partidos se han intensificado. Se recopilaron los desempeños físicos durante los partidos (analizados mediante un sistema de seguimiento de video) durante siete temporadas consecutivas (de 2006- 07 a 2012-13). Se encontró que la distancia de carrera de alta intensidad aumentó (+0,4 km) en la temporada final en comparación con la primera temporada en todas las posiciones de juego. Además, se encontró que los  jugadores eran más hábilmente competentes, debido a un aumento en la tasa de pases exitosos. Por lo tanto, la preservación de la habilidad y la carrera de alta intensidad son componentes clave para el desempeño individual del jugador.

3.1. Interacciones con balón.

En una revisión de Bloomfield y cols. (2007) se investigaron las interacciones de los jugadores con el balón durante los partidos de competición. Aunque hubo variación entre las posiciones de juego, no se encontraron diferencias significativas en el número de interacciones con el balón. En general, un jugador interactuará con el balón entre 90 y 140 veces en un partido; sin embargo, el tiempo de interacción promedio es extremadamente corto. La interacción típica es un pase de un toque o un pase de control. Los jugadores, en particular al nivel de élite, generalmente recibirán la pelota dentro de 1a 5 metros de espacio entre ellos y un rival. En consecuencia, un jugador tiene en general menos de un segundo con el balón para ejecutar una habilidad. En ocasiones apropiadas, un jugador puede controlar y driblar la pelota, lo que lleva a situaciones poco comunes de hasta 4 segundos de posesión. En promedio, durante un partido completo de 90 minutos, un jugador normalmente tendrá entre 60 y 90 segundos de tiempo con la pelota. Por lo tanto, los jugadores tienen -1 % del tiempo total de juego para tener un impacto en el partido a través de la interacción con el balón.

4. Factores que influyen en las exigencias físicas del fútbol.

4.1. Estandar de juego.

Como  se  mencionó  anteriormente,  los  jugadores  suelen  pasar aproximadamente el 80 % del partido en actividades de poca intensidad y de caminata (Figura 2). Es interesante que este patrón no parezca variar entre jugadores profesionales de nivel moderado y de nivel superior (Figura 3). En cambio, la cantidad de carreras de alta velocidad puede ser un factor que distingue a los jugadores profesionales de nivel superior y de nivel moderado de aquellos jugadores que compiten a un nivel más bajo (Figura 5). Por ejemplo, en una revisión de Bangsbo (2014) se explicó cómo los jugadores de nivel superior internacionales realizaron un 28 % más de carreras de alta intensidad (2,43 vs. 1,90 km) y un 58 % más de sprints (650 vs. 410 m) que los jugadores profesionales en un nivel más bajo encontraron que los jugadores en los mejores equipos (mitad superior) en la liga danesa recorrían entre un 30 % y un 40 % más de distancia de carrera  de  alta  velocidad  en  comparación  con  los  equipos  de clasificación media e inferior. Inversamente, algunos estudios observaron que los jugadores de la English Championship (segunda liga) recorrieron una mayor distancia general y realizaron más carreras de alta velocidad y sprints que los jugadores de la Premier League (liga máxima) inglesa. Si bien  se  informó que estos  cambios  fueron estadísticamente diferentes, las diferencias reales (-0,2 km) fueron insignificantes en términos prácticos. En un estudio similar en el que se comparó el desempeño en el partido de los jugadores en los tres principales estándares competitivos del fútbol inglés, se encontró que los jugadores en las ligas segunda (Championship) y tercera (League 1) realizaron más carreras de alta velocidad (>19 km/h) que los de la Premier League (liga máxima) (803, 881 y 681 m, respectivamente), lo cual también sucedió con los sprints (308, 360 y 248 m, respectivamente) . Esta observación fue consistente en todos los jugadores de campo. Además, se encontró que los jugadores (n = 20) que cambiaron de equipo descendiendo de la Premier League a la Championship League recorrieron más distancia con carreras de alta intensidad (1103 vs. 995 m), mientras que no se observaron diferencias entre los jugadores que ascendieron de la Championship a la Premier League (945 vs. 1021 m). Sin embargo, al comparar futbolistas de mayor y menor nivel, no se observaron diferencias en el nivel 2 de la prueba Yo- Yo de resistencia intermitente (véase "Capacidad física"). Esto sugeriría que la diferencia entre los jugadores de nivel superior y los de segundo nivel no se debió a las diferencias en la aptitud física de los jugadores. Curiosamente, se ha informado que los equipos exitosos (ganadores) en la liga italiana Serie A (primera división) parecen recorrer menos (4-12 %) distancia de carrera de alta intensidad en comparación con los equipos no exitosos, pero recorren más distancia mientras tienen la posesión de la pelota. Además, los jugadores recorren más terreno con carrera de alta intensidad cuando juegan contra rivales de mayor calidad en comparación con los de menor calidad. Se ha encontrado que jugar contra rivales fuertes está asociado con una menor posesión del balón. Es posible que los jugadores de nivel inferior deban recorrer distancias mayores en un intento de "salir al cruce" de los jugadores y recuperar la posesión. También puede ser que los jugadores de mayor nivel sean más selectivos con sus esfuerzos de alta intensidad. Las diferencias en las demandas de los partidos entre jugadores de ligas superiores e inferiores también pueden estar relacionadas con el tipo de juego. Por ejemplo, los equipos de nivel superior pueden apuntar a realizar tácticas de posesión, en Iugar de la táctica directa o de pelota larga típicamente asociada con niveles de juego más bajos.

 

4.2. Influencia de las tácticas de equipo en las demandas físicas.

La distancia recorrida y la intensidad de las actividades realizadas por un jugador durante un partido también estarán fuertemente influenciadas por las solicitudes tácticas de los entrenadores y el sistema del equipo. En un estudio reciente se analizó el efecto de la formación de juego en la carrera de alta intensidad y el desempeño técnico de los equipos de la Premier League inglesa.En este estudio no se encontraron diferencias en la distancia total recorrida o la carrera de alta intensidad entre las formaciones 4-4-2, 4-3-3 y 4-5-1. Sin embargo, los jugadores en una formación 4-5-1 realizaron menos carreras de muy alta intensidad cuando su equipo estaba en posesión, y más cuando su equipo no estaba en posesión, en comparación con las formaciones 4-4-2 y 4-3-3. Estas diferencias pueden estar relacionadas con las características de ataque y de defensa inherentes a estas formaciones de juego: una formación 4-5-1 se considera más defensiva que una 4-4-2 o 4-3-3, debido al refuerzo de las áreas de medio campo a expensas de los delanteros. Aunque se observaron pocas diferencias en las demandas físicas de las distintas formaciones entre los jugadores individuales, la formación sí impactó las demandas físicas de los jugadores atacantes. En una formación 4-3-3, los delanteros realizaron aproximadamente un 30 % más de carrera de alta intensidad que los delanteros en las formaciones 4-4-2 y 4-5-1. También se observó que los jugadores atacantes en una formación 4-5-1 tuvieron una disminución significativa en la carrera de alta intensidad en la  segunda mitad, lo cual no se observó en los otros sistemas. Esto podría explicarse porque la formación 4-5-1 requiere que el único jugador atacante presione a los defensores al no estar en posesión de la pelota. La posesión general de la pelota no parece diferir entre las formaciones 4-4-2, 4-3-3 y 4-5-1, pero el número de pases y la fracción de pases exitosos son mayores en una formación 4-4-2 en comparación con las formaciones 4-3-3 y 4-5-1. En general, los resultados sugieren que la formación de juego no influye en los perfiles de actividad generales de los jugadores, excepto en los delanteros. Por lo tanto, se podría sugerir que se preste una atención "adicional" a las preparaciones nutricionales de los jugadores atacantes en las formaciones 4-5-1 y 4-3-3, especialmente si no tienen experiencia en el sistema.

4.3. Diferencias posicionales.

El perfil de actividad y las demandas para un jugador están determinadas por su rol posicional en el equipo (Reilly, 1997). Mohr y Cols. (2003) estudiaron a jugadores de nivel superior y encontraron que los defensas centrales recorrían menos distancia total y participaban en menos carreras de alta intensidad que los jugadores en las otras posiciones, lo que probablemente está vinculado a sus roles tácticos y su menor capacidad física . En contraposición, los centrocampistas suelen recorrer las distancias más grandes. Sin embargo, existen marcadas diferencias entre jugadores dentro de la misma posición. También se ha informado que las diferencias en la distancia recorrida difieren entre los jugadores en la misma posición; esto puede estar relacionado con el tipo de juego y podría explicar los resultados contrastantes entre los estudios. Los datos de la Premier League inglesa han demostrado que los defensores y los centrocampistas realizaron menos sprints progresivos en comparación con otras posiciones. En general, los datos de las principales ligas inglesas y españolas sugieren que los defensas centrales y los centrocampistas defensivos recorren las menores distancias de carrera de alta velocidad y de sprint, mientras que los delanteros recorren las distancias de carrera de alta velocidad más grandes. Los centrocampistas defensivos recorren una distancia mayor que los centrocampistas ofensivos y los jugadores externos/centrocampistas de banda recorren la mayor distancia de carrera de alta intensidad. Finalmente, los centrocampistas ofensivos y los centrocampistas de banda también recorren la mayor distancia de carrera de alta velocidad cuando su equipo tiene la posesión del balón .

 

4.4. Capacidad física.

Para gestionar y realizar ejercicios específicos del fútbol, también debe considerarse la capacidad física del jugador. La capacidad física de un jugador tiene una gran influencia en la tasa de trabajo durante un partido. Existen diferencias en la capacidad física entre los jugadores de nivel superior, incluso dentro de la misma posición, lo que en cierta medida puede explicar las diferencias observadas en la carrera de alta velocidad durante el partido. Las diferencias en la capacidad física de un jugador se pueden determinar utilizando las pruebas Yo-Yo de recuperación intermitente de nivel 1 (Yo-Yo IRS) y de nivel 2 (Yo-Yo IR2). Las dos pruebas Yo-Yo de recuperación intermitente (IR) evalúan la capacidad de un individuo para realizar repetidamente ejercicios intensos. La prueba Yo-Yo IRS se centra en la capacidad para realizar ejercicios intermitentes que conducen a una activación máxima del sistema aeróbico, mientras que la prueba Yo-Yo IR2 determina la capacidad de un individuo para recuperarse del ejercicio repetido con una alta contribución del sistema anaeróbico . En promedio, los defensas centrales tuvieron puntuaciones más bajas en la prueba Yo-Yo IRS que los jugadores en otras posiciones. Por otro lado, no se observaron diferencias en la prueba Yo-Yo IR2, lo que demostró que, en general, los defensas centrales tenían una capacidad de resistencia intensa más baja, pero la misma habilidad para recuperarse.

 

La capacidad física está altamente relacionada con la carga de entrenamiento acumulada por el jugador. Por ejemplo, se ha informado que los jugadores de fútbol entrenados tienen un 67 % de puntuaciones Yo-Yo mejoradas en comparación con personas desentrenadas. Curiosamente, se ha informado que los equipos más exitosos tienen capacidades físicas superiores medidas por la puntuación Yo-Yo. La discusión detallada sobre el entrenamiento de un jugador de fútbol está más allá del alcance de esta unidad. En resumen, la carga de entrenamiento se puede subdividir en carga "externa" e "interna". La carga externa se refiere a los parámetros cubiertos en esta unidad, como el tiempo, la distancia, la velocidad y la cantidad de repeticiones de cada actividad realizada por el jugador. La carga interna se refiere a la respuesta fisiológica a la carga externa. La respuesta interna se relaciona con las demandas específicas impuestas a los sistemas fisiológicos como el sistema cardiovascular.

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EL PARTIDO

11 (1 portero y 10 jugadores de campo) 

5 cambios

1x
pelota

45 min (+)

15 min.
descanso

45 min (+)

1 x árbitro
2 x asistentes

x 2

Fuente: Elaboración propia.

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El balón que se utiliza en ligas profesionales y competiciones internacionales es una "talla 5".
Las especificaciones de un balón oficial de talla 5 son las siguientes: circunferencia: de 27 a 28 pulgadas (de 69 a 71 cm); peso: de 400 a 450 gramos ; presión: entre 8,5 y 15,6 psi.

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La FIFA permitió el uso de dispositivos GPS durante partidos de competición en 2015.

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Fuente: Elaboración propia.

Tabla 1: Ejemplo de actividades codificadas del partido y las velocidades asociadas para clasificar movimientos

Figura 2: Ejemplo de actividades codificadas del partido y las velocidades asociadas para clasificar movimientos.

Figura 1: Número de jugadores requeridos y duración de un partido de fútbol estándar.

Tabla 2: Ejemplo de estándares de élite de desempeño físico.

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Clasificación de la actividad del partido

Figura 3: Las actividades desempeñadas en porcentaje del tiempo total no son diferentes entre los jugadores de nivel superior y de nivel moderado.

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Figura 4: La distancia total y la distancia recorrida durante la carrera de alta intensidad es mayor en los futbolistas de élite.

Fuente: Bangsbo y cols., 2004 .

Fuente: Elaboración propia.

Fuente: Elaboración propia.

Fuente: Datos tabulados de las ligas inglesa, danesa y sueca.

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La secuencia de números en la "formación" de un equipo se refiere al número de jugadores que se mueven de posiciones defensivas a posiciones de ataque. Por ejemplo, 4-4-2: 4 defensas, 4 centrocampistas y 2 jugadores atacantes. El portero no está incluido en la información de la "formación".

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La distancia total y la distancia recorrida durante la carrera de alta intensidad es mayor en los futbolistas de élite.

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4.5. Género.

Los estudios descritos en esta unidad  han examinado, en general, a los jugadores varones, pero también se ha evaluado a las jugadoras mujeres. La cantidad de carreras de alta intensidad en el fútbol femenino de élite ha demostrado ser aproximadamente un 30 % más baja que en el fútbol masculino de élite. Esto se ha confirmado en estudios de jugadoras de nivel superior que compiten en la Champions League de Europa, los cuales demuestran que cubren menos distancia de carrera de alta velocidad que sus homólogos varones. Una de las razones principales es que las jugadoras mujeres tienen una capacidad física más baja que los jugadores varones en una serie de pruebas de aptitud física aeróbica y anaeróbica .

 


4.6. Tamaño del campo de juego.

Los entrenadores utilizan con mucha frecuencia juegos reducidos para desarrollar habilidades técnicas y tácticas, así como para mejorar la resistencia de los jugadores de fútbol. En este sentido, varios estudios han investigado los efectos de alterar diferentes variables o reglas del partido, entre ellas, la duración de los formatos del partido y el tamaño de la cancha. Durante el entrenamiento, el tamaño de la cancha puede modificarse constantemente para manipular la intensidad o el foco de la sesión. Algunos estudios han encontrado que los partidos reducidos que se juegan en canchas más grandes son más intensos que aquellos que se juegan en canchas más pequeñas, mientras que otros estudios han encontrado resultados opuestos. En cualquier caso, es importante reconocer que la modificación del tamaño de la cancha puede cambiar las demandas físicas impuestas a un jugador durante el entrenamiento y los partidos.

4.7. Calor e hipoxia.

También es posible que los jugadores deban jugar a temperaturas >30 °C durante las etapas tempranas y finales de la temporada. Tanto en los partidos de fútbol de competición como en los de no competición, las investigaciones han informado de una reducción en las distancias totales logradas por los jugadores a alta intensidad (2,6-57 %) en condiciones de calor. La próxima Copa Mundial (Qatar 2022) de la Federación Internacional de Fútbol Asociativo (FIFA) se jugará en temperaturas de extremo calor de aproximadamente 30 °C, y es posible que puedan superar los 40 °C . El estrés por calor debido al esfuerzo provoca reducciones sustanciales en el desempeño específico del fútbol, debido al aumento de la temperatura corporal entre otros mecanismos multifactoriales que aceleran la fatiga. Por lo tanto, las altas temperaturas ambientales pueden influir en la realización cabal de las actividades específicas del fútbol.

 

Se sabe que las distancias totales alcanzadas por los jugadores a alta intensidad se reducen en entornos hipóxicos (de 3 a 20 %). Los clubes de élite que juegan en las Ligas de Campeones y de Europa de la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA) podrían jugar en altitudes de hasta 1000 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, las "bajas altitudes", clasificadas como de 500 metros a 2000 metros, son suficientes para producir impedimentos menores en el desempeño aeróbico, debido a una reducción en la presión parcial de oxígeno. Una reducción en la captación máxima de oxígeno inhibirá la recuperación de las actividades repetidas de sprint e inhibirá las distancias totales recorridas en un partido. Así, los jugadores suelen tener más tiempo con la pelota y pueden percibirse como más competentes técnicamente.Es importante reconocer la influencia que los extremos ambientales pueden tener en el desempeño físico de los jugadores y en el posterior resultado del partido. Las estrategias de nutrición apropiadas para combatir estos entornos extremos se tratarán en los siguientes módulos.

5. Respuesta fisiológica a la actividad en fútbol.

Anteriormente se expusieron las demandas físicas del fútbol. Sin embargo, es importante describir las respuestas fisiológicas al ejercicio futbolístico. En conjunto, esto proporcionará una comprensión acerca de cómo responde el organismo para satisfacer las demandas de energía, así como las recomendaciones de nutrición adecuadas para el desempeño en el fútbol. Asimismo, es importante entender qué causa la fatiga en un jugador. La razón es que comprender la fatiga fundamentará las dietas y las estrategias de nutrición más adecuadas para preservar el desempeño de las habilidades y de carrera durante todo el partido. Como se mostró en la unidad anterior, muchos estudios han analizado las actividades de los partidos de fútbol, pero las mediciones que estiman las demandas fisiológicas durante el partido son menos frecuentes.


La homeostasis es la capacidad del cuerpo para mantener el entorno interno en un estado estable. Las variables fisiológicas, como la temperatura corporal y el equilibrio hídrico, se mantienen dentro de límites estrechos. Por lo tanto, para mantener un entorno interno estable, el cuerpo debe ajustarse continuamente a los cambios creados ya sea por el entorno interno o el externo. La participación en el ejercicio futbolístico plantea un gran desafío para el entorno interno del cuerpo humano. Afortunadamente, los humanos han evolucionado durante millones de años para hacer frente a las demandas del ejercicio. Específicamente, los humanos han evolucionado para cubrir grandes distancias a pie, pero mantienen la capacidad para realizar ráfagas de movimientos cortos y rápidos. Por lo tanto, podría argumentarse que los humanos, en efecto, han evolucionado para jugar al fútbol.

A medida que un jugador se inicia en el ejercicio futbolístico, hay un aumento inmediato en la demanda de energía por parte de los músculos que se contraen, con el fin de realizar los movimientos clasificados en la Unidad 1. El suministro de energía, a través del sistema de energía aeróbica, depende de la disponibilidad de grasa, carbohidratos y oxígeno para el músculo de trabajo. El producto derivado del metabolismo aeróbico, el dióxido de carbono, debe eliminarse simultáneamente. Estos procesos clave de suministro de oxígeno y eliminación de dióxido de carbono durante el fútbol se logran mediante los sistemas respiratorio y cardiovascular.

5.1. El papel del sistema respiratorio.

El intercambio gaseoso se produce en los pulmones, en los que los gases (oxígeno y dióxido de carbono) se mueven por difusión desde áreas de alta concentración a bajas concentraciones. Como tal, el oxígeno se esparce desde el aire atmosférico al pulmón (alvéolos) y luego hacia la sangre, y el dióxido de carbono se esparce desde la sangre hacia el pulmón y posteriormente se expulsa del cuerpo.

 

El oxígeno se incorpora a la sangre por medio de la proteína hemoglobina (que se encuentra en los glóbulos rojos, que le dan a la sangre su color rojo) para formar oxihemoglobina. La sangre oxigenada de los pulmones regresa al corazón para ser bombeada a través del sistema circulatorio a los músculos que trabajan. Un futbolista varón adulto de 75 kg tendrá aproximadamente 5 litros de sangre. Poco menos de la mitad de la composición de la sangre está formada por glóbulos rojos, y el volumen restante de sangre (-55 %) está compuesto por plasma (una solución acuosa que suspende las células sanguíneas y sirve como un solvente esencial para el transporte de nutrientes, electrolitos, proteínas y gases).

 

En respuesta a la mayor intensidad del fútbol, el jugador aumenta tanto la profundidad (volumen corriente) como la frecuencia de su respiración, con el objetivo de adaptar la respiración a la demanda de oxígeno del ejercicio de fútbol. Los mecanismos exactos acerca de cómo se incrementa la ventilación durante el ejercicio todavía se encuentran bajo investigación , pero se sugiere que el cambio en la respiración se produce como respuesta a la estimulación de los centros respiratorios en el cerebro. Esta estimulación se produce probablemente en respuesta a receptores especializados (quimiorreceptores) que detectan cambios en la química de la sangre, tal como un aumento en el dióxido de carbono, que se produce por una mayor producción de energía en el músculo.

5.2. El papel del sistema cardiovascular.

La actividad futbolística también causa un rápido aumento en el flujo sanguíneo a los músculos de trabajo, probablemente causado por las contracciones musculares repetidas. La redistribución de la sangre desde los órganos centrales al músculo que se contrae proporciona el oxígeno y los nutrientes necesarios para la producción de energía y, al mismo tiempo, facilita la eliminación del calor y del dióxido de carbono. El cerebro registra esta perturbación y la compensa aumentando la frecuencia cardíaca (la cantidad de pulsaciones cardíacas por minuto) y el volumen sistólico (el volumen de sangre bombeada por cada pulsación cardíaca). Ambos factores combinados aumentan el volumen total de sangre bombeada por el corazón por minuto (gasto cardíaco), así como la presión arterial al inicio del ejercicio. La frecuencia cardíaca de un jugador de fútbol durante el ejercicio futbolístico está determinada en gran medida por la intensidad del partido o de la sesión de entrenamiento. La intensidad de ejercicio relativa generalmente se expresa como un porcentaje de la frecuencia cardíaca máxima de un jugador. Idealmente, la frecuencia cardíaca máxima debe determinarse mediante una prueba de ejercicio de máxima intensidad graduada; alternativamente, puede estimarse restando la edad de un jugador de 220, aunque existirá una variación significativa.

La capacidad combinada del sistema cardiovascular para suministrar oxígeno al músculo de trabajo y la capacidad del músculo para usar el oxígeno determinarán la tasa máxima de generación de energía a través del metabolismo aeróbico. La captación máxima de oxígeno (VO2 Máx.) es la medida común de la aptitud física aeróbica, y también se pueden expresar intensidades relativas del ejercicio como un porcentaje de este valor. El VO2, máx. diferirá entre los jugadores en función de la posición de juego, la composición corporal y el estado de entrenamiento. Se ha informado que los jugadores con valores más altos de VO2 Máx. se desempeñan mejor en tareas específicas del fútbol, como la prueba Yo- Yo, y recorren distancias mayores durante un partido de fútbol.

 

5.3. Demandas fisiológicas del fútbol.

Los estudios de investigación han demostrado que el fútbol es un deporte intermitente en el que el sistema de energía aeróbica realiza mucho esfuerzo. Durante un partido, la captación de oxígeno promedio es de alrededor del 70 % del V02 Máx., y se ha informado que las frecuencias cardíacas media y pico son de aproximadamente 85 % y 98 % de los valores máximos, respectivamente. Estos valores se determinaron por mediciones indirectas. Específicamente, se registraron los valores de la frecuencia cardíaca durante un partido de fútbol y se extrapolaron a los recolectados durante una prueba de carrera de incremento gradual en cinta de correr, que medía tanto la frecuencia cardíaca como la captación de oxígeno. Estudios posteriores validaron estas observaciones midiendo directamente la frecuencia cardíaca y la captación de oxígeno (utilizando dispositivos móviles de actualización de oxígeno) durante las prácticas de fútbol. Curiosamente, estos estudios informaron de frecuencias cardíacas para una captación de oxígeno dada durante el entrenamiento de fútbol similares a los valores encontrados durante la carrera en cinta de correr. Es importante tener en cuenta que los valores de frecuencia cardíaca registrados durante un partido pueden sobreestimar la captación de oxígeno del jugador. Esto se debe a que varios factores, como la hipohidratación, el estrés psicológico y el aumento de la temperatura central, pueden aumentar la frecuencia cardíaca sin afectar la captación de oxígeno en el músculo.

 

La frecuencia cardíaca de un jugador durante un partido rara vez es inferior al 65 % de la frecuencia cardíaca máxima. Esto sugiere que el flujo sanguíneo a los músculos en ejercicio es continuamente más alto que en reposo, lo que también significa que el suministro de oxígeno es alto.

 

Esto es evidente visualmente durante los partidos, ya que la frecuencia de respiración del jugador se incrementa notablemente para satisfacer la demanda de oxígeno. El rápido cambio en la cinética de captación de oxígeno, que debe cambiar durante un partido de fútbol de la carrera de baja a la de alta intensidad, parece depender, entre otros factores, de la capacidad oxidativa de los músculos que se contraen. Los jugadores pueden mejorar la capacidad oxidativa de sus músculos por medio del entrenamiento aeróbico o intenso a intervalos .

 

La producción de calor metabólica es una consecuencia del metabolismo en el músculo. El cuerpo disipa el calor a través de un proceso de termorregulación, pero el cuerpo almacena parte del calor, lo que causa un aumento gradual de la temperatura central. Así, la temperatura central se puede utilizar como otra medición indirecta de la producción de energía durante el ejercicio. Se ha informado de una relación lineal entre la temperatura rectal (método para medir la temperatura central) y la intensidad de trabajo relativa durante el ejercicio de ciclismo continuo.  Curiosamente, se ha informado que la temperatura central es aproximadamente 0,3 °C más alta durante el ejercicio intermitente en comparación con el ejercicio continuo a la misma intensidad relativa. Desde una perspectiva futbolística, se ha informado que las temperaturas centrales registradas durante un partido alcanzan los 39-40 °C, lo que significa una carga aeróbica  media de aproximadamente 70 % del VO2, máx..

 

 

 

 

6. Fatiga durante un partido de Fútbol.

 

El objetivo del jugador es mantener su desempeño técnico y de carrera durante todo el partido. Sin embargo, algunos estudios de investigación han demostrado que la capacidad de los jugadores para realizar un ejercicio de alta intensidad se reduce hacia el final de los partidos tanto en jugadores de fútbol de élite como en aquellos que están por debajo de la élite. En ausencia de estrategias nutricionales adecuadas, el volumen de sprints, la carrera de alta intensidad y la distancia recorrida son generalmente más bajos en la segunda mitad que en la primera mitad de un partido.

 

Cabe destacar que la que se reduce en la segunda mitad es la carrera de alta velocidad. Es probable que el grado de reducción en la carrera de alta intensidad esté influenciado por las actividades realizadas en el primer tiempo. Por ejemplo, se ha informado que los jugadores que desempeñan los roles más exigentes físicamente. En general, en un período de 90 minutos, el volumen de la carrera de alta intensidad se reduce en los últimos 15 minutos, incluso en un partido profesional.

 

También se ha sugerido que las reducciones en el desempeño de carrera en el partido podrían ser el resultado de estrategias de ritmo conscientes o subconscientes. Un cambio en las estrategias de ritmo teóricamente ajustaría las velocidades de carrera de los jugadores para que tengan suficiente "energía" para completar el partido. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la actividad del jugador estará determinada en gran medida "de manera externa" por las actividades de los

compañeros de equipo y los rivales. Por lo tanto, es difícil para los jugadores determinar la intensidad del ejercicio. Además, la capacidad de los jugadores para desempeñar saltos y sprints repetidos (Figura 9) se reduce significativamente a los 90 minutos en comparación con las puntuaciones de desempeño antes del partido. Esto sugiere que la fatiga experimentada se debe a las consecuencias fisiológicas de jugar al fútbol, en lugar de a las estrategias de ritmo en sí mismas.

 

Es importante tener en cuenta que no todos los estudios mencionan reducciones en el desempeño durante un partido. Por ejemplo, un estudio que observó a equipos franceses de élite informó que los jugadores generalmente podían mantener el desempeño relacionado con las habilidades a lo largo del partido. No obstante, la mayoría de los estudios indican que los mecanismos fisiológicos son responsables de las reducciones en el desempeño físico y las habilidades técnicas, especialmente en los últimos 15 minutos de un partido. Puesto que las reducciones en el desempeño del jugador son probablemente una consecuencia de la fatiga del jugador, las discrepancias entre los estudios de investigación y las observaciones en los partidos podrían reflejar el nivel de jugador utilizado (jugadores profesionales frente a los no profesionales) o el nivel de competición (ligas de nivel 1 frente a las de nivel 2). Esto se debe a que es poco probable que los partidos que no inducen suficiente fatiga influyan en el desempeño físico o la habilidad técnica del jugador.

7. Causas de la fatiga.

 

Jugar al fútbol genera que los jugadores experimenten "fatiga temporal" durante un partido y más "fatiga permanente" en las últimas etapas de un partido. Las causas de la fatiga durante un partido de fútbol son multifactoriales. Los mecanismos subyacentes exactos responsables de la fatiga inducida por el fútbol, así como la correspondiente disminución del desempeño, aún se encuentran bajo investigación.

 

7.1. Causas de la fatiga temporal.

 

Los jugadores experimentan fatiga temporal durante un partido. La fatiga temporal se puede identificar por una reducción en el ejercicio de alta intensidad, por debajo del promedio del partido, en el período de cinco minutos posterior al período más intenso del partido. Cuando los jugadores desempeñaron sprints repetidos inmediatamente después de un período intenso durante el partido, y al final de cada mitad, el desempeño de sprints se redujo significativamente.

 

Por lo tanto, parecería que la fatiga temporal que experimentan los jugadores durante el entrenamiento y los partidos es el resultado de mecanismos fisiológicos. Sin embargo,  las  fluctuaciones en el desempeño físico después de un intenso período de juego podrían ser una consecuencia del "flujo" natural de la intensidad del partido. Por ejemplo, dos jugadores pueden realizar un sprint para competir por una pelota, y dar como resultado un tiro de esquina. En esta situación, normalmente se observa un período de carrera de menor intensidad, a medida que los equipos atacantes y defensores toman sus posiciones tácticas. Sin embargo, para los jugadores bien motivados, la causa de la fatiga temporal se asocia con perturbaciones periféricas que en última instancia generan el cese del ejercicio.

Los entrenadores y jugadores suelen culpar a la acumulación de "lactato" o "ácido láctico" por la fatiga. Esto sucede potencialmente porque las reducciones en el desempeño durante un partido o un entrenamiento se han asociado previamente con aumentos moderados en las concentraciones de lactato en los músculos o en la sangre. Sin embargo, esta terminología no es necesariamente precisa, ya que hay pocas pruebas que fundamenten que el aumento del lactato sea la causa de la fatiga temporal durante un partido de fútbol, y que dicho aumento se limite al desempeño intermitente de alta intensidad de por sí . Por el contrario, es muy probable que el lactato sirva como (i) una fuente de energía, (ii) un precursor gluconeogénico y (iii) una molécula de señalización.

 

Las elevadas concentraciones de lactato pueden generar un aumento de los iones de hidrógeno dentro del músculo. Si los iones de hidrógeno se acumulan, el músculo se vuelve más ácido y las propiedades contráctiles del músculo se deterioran. Sin embargo, el grado de acidez muscular reportado durante un partido de fútbol es solo leve (pH - 6,8) y hasta la fecha no se considera como la causa directa de un desempeño reducido en el fútbol.

 

 

 

Otras posibles causas de la fatiga pueden deberse a la baja concentración de fosfocreatina en los músculos. Este mecanismo de fatiga está respaldado por estudios que informan de un mejor desempeño durante el ejercicio intermitente intenso después de la suplementación con monohidrato de creatina. Se ha informado que las concentraciones de fosfocreatina se encuentran casi agotadas en las fibras individuales al llegar al punto de fatiga, después del ejercicio intenso. Sin embargo, en el fútbol, las concentraciones musculares de fosfocreatina son solo un 25 % más bajas que las concentraciones en reposo después de los períodos intensos en un partido. Esta reducción relativamente pequeña en la fosfocreatina muscular observada durante el fútbol es probablemente una consecuencia de la rápida recuperación de la fosfocreatina, que se habría producido dentro del retraso de 15 a 30 segundos en la preparación y recolección de biopsias musculares. Esto también puede explicar la ausencia de cambio en la fosfocreatina muscular reportada en las etapas finales de la prueba Yo-Yo IRT en el punto de agotamiento.

Hasta la fecha, el mejor candidato para el desarrollo de fatiga temporal durante el ejercicio de alta intensidad está relacionado con una acumulación de potasio en el intersticio muscular y las perturbaciones eléctricas asociadas en la célula muscular. Antes de la contracción, el músculo debe ser inervado por su motoneurona. Las neuronas envían mensajes electroquímicamente (por medio del sodio y el potasio) para causar un impulso eléctrico. La acumulación de potasio en el intersticio muscular puede afectar el impulso hacia el músculo y el posterior reclutamiento del músculo. Esta hipótesis está respaldada por estudios que informaron que las concentraciones de potasio en el intersticio muscular son superiores a 11 mmoI/L durante el ejercicio agotador, lo cual, según estudios in vitro, es suficiente para despolarizar el potencial de la membrana muscular y reducir el desarrollo de la fuerza.

 

Durante un partido de fútbol, se ha informado que la concentración plasmática de potasio venosa tomada del brazo es de 5 mmoI/L, valores solo ligeramente más bajos que los valores observados después de un ejercicio intermitente de incremento gradual agotador. Sin embargo, estos valores plasmáticos no proporcionan una imagen clara de las concentraciones alrededor de los músculos de las piernas que se contraen durante el fútbol . Por lo tanto, se necesitan más investigaciones, y los estudios continúan mejorando nuestra comprensión de la fatiga transitoria durante el ejercicio futbolístico.

 

7.2. Causas de la fatiga permanente.

 

Glucógeno muscular.

 

El desarrollo de la fatiga durante el ejercicio intermitente prolongado se ha asociado durante mucho tiempo con una baja disponibilidad de glucógeno en el músculo). Existen estudios que han demostrado que el aumento del glucógeno muscular antes del ejercicio futbolístico, a través de una dieta alta en carbohidratos, genera un mejor desempeño en la carrera intermitente de alta intensidad. Si no se aumentan las concentraciones de glucógeno muscular antes del ejercicio, o si no se proporcionan carbohidratos durante el ejercicio, los niveles de glucógeno muscular pueden disminuir por debajo de la concentración requerida para mantener la tasa glucolítica máxima (-200 mmol/kg de peso seco. El análisis de las fibras musculares individuales reveló que aproximadamente la mitad de los tipos 1 y 2 habían casi o completamente agotado el glucógeno al final de un partido de 90 minutos. Esta reducción se asoció con una disminución en la velocidad de sprint durante una prueba de sprint realizada inmediatamente después del partido. Por lo tanto, el agotamiento del glucógeno en las fibras musculares puede impedir un esfuerzo máximo en sprints únicos o repetidos, y ser responsable de la "fatiga permanente" hacia el final de un partido.

 

Hipohidratación e hipertermia.

 

Entre otros factores que también pueden contribuir al inicio de la fatiga en el último período (15 minutos finales) de un partido se incluyen la hipohidratación y la hipertermia. Las pérdidas de líquido en jugadores de fútbol varían mucho según el individuo, incluso en respuesta a la misma sesión de entrenamiento o partido (Baker, Barnes y cols., 2016). Se ha informado que los jugadores de fútbol pierden de 1 a 3 litros de líquido durante los partidos en entornos termoneutrales, y las pérdidas de líquido pueden superar los 3 L en entornos cálidos y húmedos. Las altas pérdidas de líquido son importantes,  ya  que se ha  informado  que  una  hipohidratación equivalente a un 2 % de pérdida de masa corporal afecta el desempeño de las habilidades en el fútbol. En otros deportes de carrera intermitente como el tenis, se ha informado que mayores déficits de líquido que equivalen a un 2,7 % de pérdida de masa corporal reducen el desempeño en sprints de cinco y diez metros. En el fútbol, se ha informado que incluso las pérdidas moderadas de líquido (de aproximadamente el 1 % de la masa corporal de los jugadores) generan reducciones significativas en el desempeño del sprint, a pesar de no tener un efecto en la temperatura central. Por lo tanto, parece que la pérdida de líquido podría ser solo un factor contribuyente de muchos que potencialmente podrían perjudicar el desempeño al final de un partido. Esto es de gran relevancia para la nutrición deportiva relacionada con el fútbol, ya que las estrategias de reposición  de  líquidos  pueden  personalizarse  para  respaldar  el entrenamiento individual del jugador y los requisitos de los partidos.

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Figura 5 : Los humanos han evolucionado para jugar fútbol.

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EVOLUCIÓN

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El corazón está compuesto de músculo cardíaco que nunca se cansa. Tiene una doble función: bombear sangre rica en oxígeno al cuerpo del jugador y sangre pobre en oxígeno a los pulmones del jugador.

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El músculo cubre el esqueleto del jugador, lo que da forma al cuerpo de los jugadores. El músculo está unido al esqueleto por medio de los tendones. Cada movimiento que hace el jugador es una consecuencia de la contracción del músculo esquelético, que se     encuentra bajo el control voluntario del jugador.

Figura 6 : Desempeño de múltiples sprints durante un partido.

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Figura 7 : Desempeño de múltiples sprints durante un partido.

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Fuente: Elaboración propia.

Fuente: Bangsbo y cols., 2006. Tiempo de sprint (% del mejor sprint) de cinco sprints de 30 m separados por un período de recuperación de 25 s. Antes del partido (círculos rellenados); después de la primera mitad (círculos abiertos) y de la segunda mitad (triángulos rellenados). Los datos representan la media + SEM.

Fuente: Bangsbo y cols., 2006. Tiempo de sprint (% del mejor sprint) de cinco sprints de 30 m separados por un período de recuperación de 25 s. Antes del partido (círculos rellenados); después de un período intenso en la primera mitad (círculos abiertos) y en la segunda mitad (triángulos rellenados). Los datos representan la media + SEM.

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La gluconeogénesis es una vía de reacciones que generan glucosa a partir de sustratos sin carbohidratos, y se produce principalmente en el hígado.

Figura 8 : Producción de lactato muscular durante un partido de fútbol.

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Fuente: Recuperado de Krustrup (2006).

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El pH es una medida del grado en que una solución es ácida o alcalina. Cuanto más ácida es una solución, mayor es la de iones de hidrógeno. Un pH de 7,0 es un indicador de neutralidad, un pH de más de 7 indica alcalinidad y un pH de menos de 7 es un indicador de acidez. El pH de la sangre del jugador es de aproximadamente 7,4.

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Una motoneurona es una célula nerviosa que impulsos desde el sistema nervioso central del jugador a un músculo que se requiere que se contraiga.

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Los entornos termoneutrales cubren un rango de temperaturas que les permite a un jugador mantener una temperatura corporal (37°C aprox.) sin cambios regulatorios en la producción de calor metabólica o la pérdida de calor por evaporación. Muchos factores influyen en el rango de temperaturas “termoneutrales” como la composición corporal de los jugadores y la vestimenta (equipamiento) que se usa durante el entrenamiento y los partidos.

7.3. Congestión de calendarios de partidos.

 

Una pregunta relevante en el fútbol profesional es si la fatiga "crónica" puede manifestarse debido a que se jueguen varios partidos en un corto período de tiempo. Por ejemplo, a menudo se requiere que los jugadores jueguen de 2 a 3 partidos por semana durante etapas específicas de la temporada. Hasta la fecha no se han observado diferencias en las habilidades ni en el desempeño físico cuando se juegan tres partidos en un plazo de siete días. Sin embargo, se ha informado que la capacidad de los jugadores para realizar sprints, saltar y desempeñar ejercicios intensos repetidos se ve afectada al jugar dos partidos de competición a la semana durante un período de seis semanas. Para este fin, un dietista o nutricionista debe modificar el plan de nutrición para el equipo y los jugadores individuales en función tanto de las demandas de un "solo" partido y como en el contexto del calendario de partidos "general". El énfasis durante estas etapas cargadas de la temporada debe centrarse en las estrategias apropiadas de abastecimiento de combustible y de recuperación entre los partidos.

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